Qué visitar en Salamanca (España) en 2 días… Lo imprescindible

Salamanca en dos días
Plaza Mayor

Salamanca, situada a las orillas del Tormes, es conocida como la ciudad dorada, gracias a la característica piedra arenisca que compone la mayoría de sus monumentos y edificios más representativos. Este material, llamado piedra de Villamayor, es extraído en unas canteras situadas en una cercana localidad del mismo nombre, y confiere a la ciudad un encanto añadido, sobre todo al atardecer, cuando los últimos rayos de sol crean un reflejo dorado generando un ambiente mágico. La riqueza cultural de la ciudad es impresionante, siendo sin duda un destino ideal donde pasar un fin de semana.

Lugares turísticos que visitar en Salamanca en dos días

En cuanto a los monumentos más representativos, no podemos dejar de hablar de su Plaza Mayor, obra de Alberto Churriguera en el Siglo XVIII, y que hoy en día es una de las plazas más hermosas de España. Además, constituye el centro social de la ciudad, siendo un lugar habitual de reunión para todos los salmantinos. Destacar sobre todo la espectacular fachada del Ayuntamiento, que será fotografía obligada para cualquier visitante.

Otro de los monumentos imprescindibles de Salamanca es la fachada del edificio histórico de la Universidad. Sin duda estamos ante la obra más importante del Plateresco español. En este punto se nos plantea un reto típico para cualquier visitante. Entre las innumerables figuras esculpidas en la roca hay escondida una ranita, símbolo de la ciudad. Antiguamente, la tradición decía que si los nuevos estudiantes la encontraban, superarían con éxito sus estudios. Por cierto, igual de interesante que la foto a la fachada, es la foto a la multitud de turistas intentando encontrar la rana. Allí no podemos dejar de visitar el aula donde dio clase Fray Luis de León, conservada con el mobiliario y decoración original, así como el impresionante patio renacentista de las escuelas menores.

También resulta interesante la visita a la Casa de las Conchas, con su fachada repleta de conchas talladas en la pared. Cuenta la leyenda que bajo una de ellas se encuentra escondido un tesoro. ¿Por cuál apostáis? Si el exterior es interesante, más lo es el interior, con un bellísimo patio central.

Salamanca
Casa de las conchas

Justo enfrente de la Casa de las Conchas se encuentran la Clerecía y la Universidad Pontificia. Cualquier despistado puede confundir esta iglesia con la catedral, debido a su majestuosidad. Recientemente, además se han habilitado las torres, siendo una visita obligada para ver la ciudad desde uno de sus puntos más altos.

Catedral de Salamanca

Prueba del derroche monumental de Salamanca, no hay una catedral, sino dos. La catedral vieja, de estilo románico y gótico, aunque más pequeña es una auténtica joya arquitectónica, destacando sobre todo su espectacular retablo. La catedral nueva, situada junto a la vieja, es de estilo gótico tardío y barroco, siendo en este caso más interesante su interior que exterior. Recomendar la visita a la exposición Ieronimus, la cual realiza un recorrido tanto por el interior como por el exterior de las dos catedrales.

Salamanca
La clerecía

Otros sitios de interés

Por supuesto, no puede faltar la fotografía de la panorámica de Salamanca desde el Puente Romano, donde es posible ver el famoso Verraco decapitado, escenario de uno de los pasajes más conocidos de El Lazarillo de Tormes.

No podemos olvidarnos de una de las joyas de la ciudad, la Casa Lis. Este impresionante edificio alberga el principal museo de Art Deco y Art Noveau de España, y uno de los principales del mundo. El mismo edificio es una auténtica obra de arte siendo tanto o más interesante que el contenido.

Salamanca
Casa Lis Salamanca

Ocio: de tapeo por Salamanca y copas 

El patrimonio histórico de la ciudad es como hemos visto abundante. Sin embargo, Salamanca no sólo vive de sus monumentos, ya que nos encontramos ante una de las ciudades universitarias por excelencia. Cada año, durante el curso universitario, Salamanca incrementa su población en casi 15.000 estudiantes, lo que la convierte en una ciudad llena de vida.

Una de las actividades favoritas de los salmantinos es ir de tapas, siendo sorprendente la cantidad de bares presentes en la ciudad. En este sentido, además de los numerosos bares situados en el centro histórico, resulta obligada la visita a la calle Van Dyck, la cual, aunque algo alejada del centro está repleta de establecimientos de hostelería donde degustar las delicias de esta tierra.

Por la noche, la ciudad se transforma. La iluminación de sus principales monumentos hace que merezca la pena visitarlos de nuevo una vez que haya caído el sol, ya que cobran una nueva vida, mostrándonos detalles invisibles a plena luz del día. En verano, además podremos disfrutar de las múltiples terrazas que salpican el casco antiguo.

Salamanca es además conocida por la gran cantidad de locales de ocio nocturno, recibiendo cada semana multitud de visitantes de ciudades cercanas, con ganas de fiesta y diversión. Para los amantes de la noche, existen innumerables bares, pubs o discotecas en diferentes zonas de la ciudad, como en la Gran Vía, la Calle Bordadores, la Plaza Mayor, o el Paseo de Carmelitas, entre otras.

Salamanca es una ciudad pequeña, donde las distancias son inexistentes, por lo que será fácil visitar todos estos lugares paseando plácidamente por sus callejuelas. Es además la mejor forma de encontrar los muchos rincones existentes en la ciudad y que la proporcionan ese ambiente tan especial.

En definitiva, Salamanca es una ciudad que merece la pena visitar y ver y que nunca deja indiferente. Su riqueza monumental, ambiente universitario, su rica gastronomía y sus buenas comunicaciones la convierten en un interesante destino donde pasar un par de días.

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